La implantología o colocación de implantes dentales es una de las ramas de la salud dental que más ha evolucionado en los últimos años. Te comentamos a continuación algunos de sus avances más destacados.
Salir de la clínica dental con la prótesis puesta el mismo día que te colocan el implante, minimizar al máximo el riesgo de infección o regenerar el tejido óseo que sujeta los dientes para que la colocación del implante sea más efectiva son solo algunos avances significativos que hasta hace unos pocos años no se podían realizar.
Colocar un diente artificial o una prótesis para suplir las piezas dentales perdidas no es solo un problema estético. Sobre todo es un asunto de salud. Es evidente que si hemos perdido un diente, la apariencia de nuestra dentadura se verá desmejorada. Daremos la impresión de que tenemos una imagen abandonada. Quizás nos cueste sonreír. Pero, sobre todo, estamos agravando los problemas de salud de nuestra boca y de otras partes del cuerpo.
Al perder un diente, los dientes colindantes tienden a cubrir el espacio libre. Esto produce que la dentadura se desalinee, causando deficiencias en la masticación y la mordida. Cuando tenemos dientes de menos, creamos condiciones desfavorables para que enfermedades como la caries, la gingivitis y la periodontitis sean más agresivas.
Por otro lado, al masticar peor los alimentos, esto repercute en un empeoramiento de la digestión, con los problemas estomacales que esto implica: hinchazón abdominal, acumulación de gases, digestiones pesadas, etc.
Por suerte, la tecnología ha avanzado tanto estos últimos años en el terreno de la colocación de implantes que estos problemas se pueden resolver de una manera más rápida, más efectiva, con menos riesgos y con el uso de tratamientos cada vez menos invasivos. Te lo explicamos con ejemplos concretos.
¿Qué son los implantes?
Antes de hablar de tratamientos novedosos, vale la pena detenernos un momento en dejar claro qué es un implante.
El implante dental es un apósito sanitario que se introduce dentro de la encía y que viene a sustituir la raíz del diente perdido. Este elemento debe quedar integrado en la estructura ósea maxilofacial de la boca de manera que quede firme, que no se mueva y que soporte bien la presión propia de la masticación.
Una vez el implante se ha integrado completamente en el esqueleto de la boca, la encía lo ha recubierto, como haría con la parte sumergida de un diente natural, y se han cerrado las heridas que se abrieron para colocarlo, se puede colocar el diente artificial: la corona o la prótesis correspondiente.
La integración del implante en las estructuras de la boca se produce por medio de un fenómeno natural llamado osteointegración. La osteointegración no es más que la unión molecular del implante con la estructura ósea maxilofacial. Es decir, se produce una soldadura natural entre el implante y los huesos alveolares. El proceso de osteointegración tiene una duración de entre 2 y 4 meses. Por eso, los pacientes tienen que esperar todo ese tiempo desde que se realiza la operación quirúrgica hasta que se coloca el diente artificial.
Este periodo no está exento de riesgos. Se han dado casos, cada vez menos, en los que el paciente rechaza el implante. El cuerpo del usuario no reconoce el apósito y, por tanto, no se produce la osteointegración. Por otro, lado, al quedar una herida abierta, existe el riesgo de infección. Es la perimplantitis. La placa bacteriana ha penetrado dentro de la herida, adhiriéndose al implante dental e infectando los tejidos blandos que lo rodean.
La colocación de un implante, en la mayoría de los casos, es un tratamiento necesario, pero puede entrañar complicaciones.
Implantes de zirconio.
Los cirujanos dentales del Centro de Implantología Sant Jordi, un centro médico dental ubicado en el distrito barcelonés de Sant Martí y en la ciudad de Calella, referente en la colocación de implantes en la zona, afirman que el 95% de los implantes que se colocan son de titanio. Sin embargo, existe un pequeño porcentaje de personas que son alérgicas a este metal y les produce reacción. En estos casos se procede a la colocación de implantes de zirconio.
El titanio es un metal resistente, completamente biocompatible con el cuerpo humano. Algo que permite que se efectúe la osteointegración. Tanto es así, que además de ser el material de los implantes dentales, lo podemos encontrar en prótesis de rodillas o de caderas.
El circonio, por otro lado, es otro mineral diferente, de tipo cerámico, que no produce rechazo en, a penas, ninguno de los casos.
La revista Gaceta Dental subraya que, además, los implantes de circonio minimizan el riesgo de infección. La posibilidad de que aparezca una periimplantitis. Esto se debe a que por las características del material, la placa bacteriana resbala por su superficie, evitando que se adhiera y que provoque una infección de los tejidos blandos. Podríamos decir que es un material más resistente a la corrosión.
Los implantes de circonio tienen mejor efecto estético. Al tener el circonio un color blanco, más parecido al de los dientes, crean un efecto más natural. Sin riesgo a que la encía se decolore y se perciba el color metálico que tienen los implantes de titanio. Esto hace que estos implantes sean una opción a considerar cuando se reponen dientes delanteros, como los incisivos.
La instalación de los implantes de circonio ha sido fruto de un largo periodo de investigación. Ni su diseño, ni su forma es igual al de los implantes tradicionales. De entrada, los de circonio son más grandes y son menos versátiles. Ya que están construidos en una sola pieza y no en dos como los de titanio.
Implantes de carga inmediata.
La edición colombiana de la revista Top Doctors señala que los implantes de carga inmediata han supuesto un avance relevante en la colocación de implantes.
Este es un tratamiento en el que en la misma operación en la que se coloca el implante o, a lo sumo 48 horas después, al paciente se le instala la corona o prótesis. Con lo que puede ver su dentadura restaurada en poco tiempo.
La razón por la que se puede llevar a cabo este tratamiento es que la prótesis descarga la presión sobre la encía y las piezas dentales adyacentes y no sobre el implante dental.
Debemos tener en cuenta de que en la inmensa mayoría de los casos, la prótesis que se coloca (corona) es provisional y que deberá ser sustituida por una definitiva una vez concluida la osteointegración. Aun así, este tratamiento tiene notables ventajas.
Por un lado, el efecto psicológico sobre el paciente. El usuario ve como en el mismo día regresa a su casa con el diente repuesto, recuperando la apariencia de su dentadura y su funcionalidad. No tiene que esperar a que pasen varios meses para que le coloquen el diente artificial.
Por otro lado, los implantes de carga inmediata mejoran la osteointegración del implante, reducen la posibilidad de infección y acortan sensiblemente la duración del tratamiento. Al quedar el implante protegido con la prótesis provisional, tiene mejores condiciones para que se pueda soldar con los huesos de la boca.
Ahora bien, el implante de carga inmediata no se puede realizar en todos los casos. Si los dientes colindantes al implante no tienen la consistencia adecuada o la encía se encuentra dañada, no se puede aplicar este tratamiento.
Los micro-implantes.
Este es un tipo de implante diferente que se utiliza bastante en la ortodoncia. Se trata de un pequeño implante provisional que se instala en la encía y que sirve para que la ortodoncia de brackets no se mueva.
El micro-implante actúa como una especie de ancla que permite que todo el sistema de tensión para alinear los dientes no se desplace. Si no se utilizara esta técnica, el nervio de metal que tensa los brackets tendría que apoyarse en los dientes sanos del paciente, con el riesgo de moverlos.
Aunque es menos habitual, también tenemos constancia de que los micro-implantes se han utilizado en implantología. Para reponer dientes donde la superficie que se tiene para fijarlos es menor o dispone de unas condiciones de tejido óseo particulares.
Esta técnica se ha podido desarrollar gracias al avance de la tecnología CAD-CAM. Diseño y fabricación de implantes asistida por ordenador.
La tecnología CAD-CAM comenzó utilizándose en la ingeniería industrial. En el diseño y fabricación de piezas de alta precisión. Estamos hablando de piezas clave que llevan los motores industriales, de automoción o en el fuselaje de naves aeronáuticas.
Con el tiempo, se aplicó al ámbito sanitario, para la construcción de ciertas prótesis, y más tarde, al usarla en odontología, ha supuesto un adelanto significativo.
En el ordenador se consigue recrear una réplica exacta de la boca del paciente o de la parte de la boca donde se va a trabajar. En el modelo digital, el cirujano puede simular pruebas sin tocar para nada la boca del paciente, diseñando, de esta manera, el implante que necesita. Consiguiendo resultado más efectivo que con los métodos antiguos y de una forma menos invasiva.