Siempre que se habla de rayos infrarrojos parece que hay una pared, una cortina que nos dice que algo no es bueno para la salud. Sin embargo, esto no siempre esto es así. Antes de comenzar, haremos un poco de historia para conocer un poco más sobre estos famosos rayos. El descubrimiento de la radiación infrarroja se atribuye a William Herschel, el astrónomo, a principios del siglo XIX. Herschel publicó sus resultados en 1800 ante la Real Sociedad de Londres. Herschel utilizó un prisma para refractar la luz del sol y detectó el infrarrojo, más allá de la parte roja del espectro, a través de un aumento de la temperatura registrado en un termómetro. Se sorprendió del resultado y los llamó «rayos calóricos». El término «infrarrojo» no apareció hasta finales del siglo XIX.
Rayos infrarrojos lejanos
En esta ocasión estamos hablando de una radiación que no se puede ver pero sí podemos sentir. Las ondas de luz transmiten calor cuando se ponen en contacto con un objeto. Ahora lo que hay que saber es si producen efectos sobre el cuerpo humano. El sistema circulatorio juega un papel muy importante en varios de nuestros órganos, especialmente en el sistema micro-circulatorio que es la base de sustento de la vida.
De esta manera, cuando los rayos Infrarrojos se introducen en los diferentes órganos del cuerpo, éstos se reactivan, fortalecen y revitalizan, ya que los rayos infrarrojos lejanos regulan el flujo sanguíneo y normalizan todos los sistemas. Así pues, se convierte en la mejor forma de ayudar al cuerpo. Con un sistema inmunológico fuerte, el cuerpo desarrolla mayor resistencia a las enfermedades y se retarda el proceso de envejecimiento.
Y la gran pregunta es cómo pueden ayudar a nuestras vidas. Pues lo podemos encontrar en un gran número de productos que usan esta tecnología: fajas, medias, parches, rodilleras, muñequeras y muchos más.
Detección de fiebre
Nos ha tocado vivir la era de la pandemia. El Coronavirus es una enfermedad infecciosa que se propaga al entrar en contacto con una persona infectada. Este nuevo virus, que comenzó en la ciudad china de Wuhan, causa fiebre y problemas respiratorios, por lo que es muy importante separar a las personas con fiebre de las demás en los aeropuertos, escuelas, hospitales, hoteles, resorts, estadios deportivos y otras áreas públicas donde hay mucha gente yendo y viniendo. Para combatir este nuevo virus, una empresa como Ibertronix ofrece un método de detección de fiebre con cámaras termográficas, rentable y eficiente, que detecta a una persona con fiebre en áreas públicas y aeropuertos.
Las cámaras térmicas toman radiación infrarroja de los objetos por encima de la temperatura absoluta de 0 K y luego crean imágenes y obtienen valores de temperatura, con estos valores podemos detectar qué persona tiene temperatura alta en un grupo de personas y luego podemos separarlos para realizar más pruebas.
Las cámaras térmicas portátiles brindan al usuario la libertad de moverse de un lugar a otro para detectar la fiebre y no necesitan que la cámara esté conectada a un ordenador para ver la temperatura. Las cámaras térmicas portátiles se pueden usar en lugares donde la epidemia ha estallado o si cree que una persona ha infectado a otros y requiere una detección rápida para controlarla.
Termómetros
Los termómetros infrarrojos, que no son clínicos, o las cámaras termográficas industriales no miden la temperatura corporal, si no la temperatura de la piel y se ven afectados por la temperatura ambiente, su medición no es fiable. En una persona sana, un termómetro común registraría aproximadamente 33.5 ºC, muy lejos de los 37 ºC reales.
Terapia con luz infrarroja
La terapia con luz infrarroja es también muy popular. Por ejemplo se usa en fisioterapia para aumentar la temperatura de forma superficial y seca en el área que está afectado y que se tiene que tratar. De esta forma se promueve la vasodilatación y aumento de la circulación sanguínea, favoreciendo la reparación de los tejidos porque penetra en el cuerpo actuando sobre los pequeños vasos sanguíneos, capilares y terminaciones nerviosas.
Así, gracias a estos rayos infrarrojos conseguimos aliviar el dolor, aumentar la movilidad de nuestras maltrechas articulaciones, un relajamiento muscular, favorecer la cicatrización de la piel y de los músculos y alteraciones en la piel, como infección por hongos en caso de psoriasis.
Y así es como hemos demostrado la relación tan estrecha que existe entre los rayos infrarrojos y la salud. Lejos de lo que se puede pensar, no son nocivos, al contrario, ahora mismo la tecnología se ha puesto a la disposición de mejorar nuestra vida.