Siempre se ha dicho que comer bien es sinónimo de salud, de ahí el dicho dime qué comes y te diré quién eres, o dicho de otro modo, lo sano que estás…Aunque parezca mentira hoy en día seguimos repitiendo una y otra vez a las nuevas generaciones, y no tan nuevas, que hay que cuidar lo que se come pues es una inversión de presente y futuro para nuestra salud.
Infinidad de problemas de salud y enfermedades se provocan y potencian debido a las malas costumbres alimenticias que tenemos, es muy llamativo ver cómo cambia la salud de una persona, y no sólo ésta, sino su salud mental, su carácter y humor, cuando comienza a cambiar sus malos hábitos alimenticios por otros más saludables. Si realmente la gente fuera consciente de lo que cambia el cuerpo y la mente al mejorar su alimentación se lo pensarían dos veces pero lamentablemente no se llevan a cabo campañas educativas en los colegios para enseñar a los niños, que luego se convierten en padres y abuelos, a comer bien, de forma saludable. Por este motivo, las personas llegan a la edad adulta en la que se tienen que informar de manera autodidacta o guiados por especialistas para comer bien.
Comer sano es sinónimo de salud
Lo que tampoco ayuda nada es la vida de prisas y caos que llevamos hoy en día, la urgencia que nos imponen las tareas diarias, la casa, el trabajo, las compras, los niños….vamos de cabeza de aquí para allá sin apenas tiempo para nada, esto unido a una mala organización del tiempo que nos queda, hace el caldo de cultivo perfecto para que la gente recurra a soluciones rápidas y nada recomendables para comer a diario. Una cosa es que de manera ocasional se coma fuera de casa y que nos salgamos de la dieta equilibrada recomendable, pero diariamente comer fuera de casa o consumir comida rápida, comidas preparadas….es lo peor que podemos hacerle a nuestro cuerpo y a nuestro bolsillo. Todas esas soluciones que nos alejan de la comida casera son perjudiciales para salud, sin paños calientes, es por ello que debemos hacer caso a los que saben, no solo a nuestras abuelas, sino a los especialistas de la salud y hacer lo imposible para comer en casa y comer comida elaborada en casa.
Obviamente es cuestión de organización, pero con una buena planificación, realizar la compra, una buena compra de productos naturales, poco o nada procesados que compongan la base de nuestras recetas, será al primer paso para hacer una alimentación equilibrada y sana. Esta compra debe hacerse pensando de manera inteligente para planificar todas las comidas de toda la semana, de esta manera ahorraremos dinero y no desaprovecharemos nada. A la hora de pensar en las comidas éstas deben ser equilibradas y siempre tener en cuenta que con las sobras de una se puede elaborar parte de otra, como por ejemplo una ensalada con el pollo de una comida anterior, o un arroz o legumbres con el caldo de un guiso anterior.
No debemos olvidarnos de que congelar la comida no tiene por qué dar ningún problema, cocinar con antelación y guardar las raciones para diferentes días de la semana no tiene nada de malo siempre y cuando se almacene y se congele en los tuppers adecuados para ello y que los alimentos aguanten bien la congelación pues no todos lo hacen y a la hora de descongelar se nota la pérdida de propiedades.
Y con todo esto no estamos diciendo que no podamos permitirnos algún capricho o exceso de vez en cuando. Cocinar en casa es mucho mejor porque no se utilizan conservantes, ni grasas saturadas, menos azúcares, sales…así como los aceites que son más sanos primero porque tienen menos cantidad, y normalmente son de mejor calidad. Gracias a esto de vez en cuando podemos ir a comer fuera de casa, tomarnos alguna tapita, o ir a algún restaurante siempre y cuando esto no se convierta en norma general.
En España tenemos un problema y es que asociamos cualquier celebración o momento de ocio a la comida y a la bebida, así que lo mejor será en la medida de lo posible hacerlo en casa para controlar todas estas cuestiones que estamos comentando. Pero si no somos muy artistas a la hora de hacer por ejemplo un rico postre, o tenemos capricho de comer algo que especialmente nos trae por la calle de la amargura si no lo comemos de vez en cuando, hagámoslo con cabeza, no vayamos a cualquier sitio a comprar ultraprocesados, lo mejor que podemos hacer es acudir a sitios de confianza donde sepamos que elaboran sus productos de la mejor forma posible, todo lo artesanal que hoy en día puede hacerse, como se hacía antes.
De hecho, tal y como nos explican desde Feedbiota, no se trata de retirar de nuestra alimentación algunos productos y olvidarnos de que existen (aunque hay excepciones como el alcohol y alguna que otra cosa con la que se podría hacer), sino de aprender a comer correctamente y de saber que cuando decides tomar un producto ultraprocesado lo hacemos a conciencia, siendo conscientes de las consecuencias y de que eso podemos hacerlo una vez cada mucho tiempo pero no de forma periódica.
Tal vez, lo que resuma todo esto es que todo debemos aprender a comer bien ya que, lo que ocurre es que no sabemos porque nadie nos ha dado las bases que necesitamos para poder hacerlo.