Consejos para dejar de fumar

Personalmente creo que cuando los viajeros españoles, en la época de la colonización americana, vieron a los nativos americanos fumar hojas secas de tabaco enrolladas en zonas como las Antillas, México o Brasil, deberían haber optado por obviar su existencia. O aún mejor que eso habría sido que los nativos americanos directamente no lo hubieran fumado nunca pero, obviamente, la historia no fue así.

Desde entonces, y hasta que se exportó el tabaco a Europa, esta costumbre se ha ido popularizando (una mala costumbre dañina para la salud). Las primeras industrias de manufacturas de tabaco en España se establecieron en Sevilla (las primeras de toda Europa) a principios del siglo XVI, y poco a poco fue aumentando su producción, tanto aquí como fuera de nuestras fronteras, hasta su época dorada, allá por los años 80-90.

Ya en la década de 1920, se publicaron estudios médicos alemanes que advertían de los peligros del tabaco sobre la salud, pero fueron en gran medida olvidados e ignorados. Es a mediados de los cincuenta cuando se empiezan a publicar trabajos epidemiológicos muy completos que vinculan el consumo de cigarrillos con el cáncer de pulmón, entre estos estudios más destacados, se encuentran:

  • 1954: Richard Doll y Bradford Hill publicaron un estudio sobre los médicos británicos en el British Medical Journal (Revista Médica Británica).9
  • 1962: Informe del Royal College of Physicians.
  • 1964: Primer informe del Cirujano General acerca del tabaco y su efecto en la salud.
  • 1981: Primer estudio importante sobre el consumo pasivo de cigarrillos y el cáncer de pulmón, por Takeshi Hirayama en Japón.

No obstante, y a pesar de todos estos estudios, es a partir del S.XXI cuando verdaderamente cambia la conciencia de nuestra sociedad empezando a ver el consumo del tabaco como algo malo de verdad. Actualmente no es el “no fumador” el que tiene que separarse del grupo para evitar respirar el humo del tabaco, sino que es el “fumador” quien tiene que salir de restaurantes, de pubs o separarse de un parque infantil para fumar porque, por fin, fumar no está muy bien visto por la sociedad en general ya que no solo provoca enfermedades en el fumador habitual sino también en el fumador pasivo.

Riesgos y enfermedades del consumo de tabaco:

Entre las enfermedades relacionadas con el tabaco destacan las siguientes:

  • Bronquitis crónica.
  • Enfisema pulmonar.
  • Cáncer de pulmón.
  • Hipertensión arterial.
  • Enfermedad coronaria (angina o infarto de miocardio).
  • Accidentes cerebrovasculares (trombosis, hemorragias o embolias).
  • Úlcera gastrointestinal.
  • Gastritis crónica.
  • Cáncer de laringe.
  • Cáncer bucofaríngeo.
  • Cáncer renal o de vías urinarias.
  • Impotencia sexual en el varón.

Riesgos adicionales en las mujeres:

  • La probabilidad de padecer un infarto se multiplica por 10 en las mujeres que fuman y utilizan anticonceptivos orales.
  • Entre las mujeres fumadoras, la menopausia se adelanta una media de entre 2 y 3 años con respecto a las mujeres que nunca han fumado.
  • Aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis.

Opciones para dejar de fumar

Debido a los conocimientos que tenemos ahora y de los que antes carecíamos, gracias a la difusión de esos conocimientos, concienciación de la sociedad y algo de apoyo por parte de los gobiernos de muchos países, son muchos los que hoy en día quieren dejar de fumar y son muy pocos (en comparación con lo que había hace 20 años) los que se inician en esta mala costumbre.

Ahora bien, ¿qué métodos podemos elegir para dejar de fumar?

  • Dejar el hábito de forma gradual: se trata de fumar, cada vez menos, hasta conseguir eliminar el tabaco por completo sin pasar de golpe por el típico “mono” que provocan todas las drogas conocidas.
  • Parches de nicotina, pastillas para chupar, otros productos similares: gracias a este tipo de productos, el usuario tiene menos síntomas de la abstinencia ya que dichos parches o pastillas llevan cantidades pequeñas de nicotina que, obviamente, se tienen que ir reduciendo poco a poco hasta eliminarla por completo.
  • Hipnosis: científicamente no está comprobado que la hipnosis ayude a dejar de fumar pero entre quienes la han probado hay tantos detractores como personas satisfechas, así que es una opción a tener en cuenta.
  • Vapeadores y cigarrillos electrónicos: el 17 de marzo de 2022 el Parlamento Europeo respaldó con 652 votos a favor y solo 15 en contra al cigarrillo electrónico como herramienta para dejar de fumar. Tal y como nos explican desde Vape Desechable, los vapes o cigarrillos electrónicos se han convertido en uno de los mejores aliados de aquellos fumadores que quieren ir abandonando la nicotina progresivamente. De hecho, un vape desechable es un 95% menos dañino que un cigarrillo de tabaco tradicional, según Public Health England, y por tanto si fumas vape en lugar de tabaco estás reduciendo tu riesgo de padecer cáncer en un 99,6%.
  • Acupuntura: la acupuntura ha sido usada como método para abandonar el hábito, pero existe poca evidencia que muestre su eficacia. Cuando se usa la acupuntura para dejar de fumar, usualmente se emplea en ciertas partes de las orejas.

Hierbas y suplementos: Existe poca evidencia científica que apoye el uso de productos homeopáticos y suplementos herbarios como métodos para dejar de fumar. Debido a que están mercadeados como suplementos dietéticos (no medicamentos), no necesitan la aprobación de la FDA para ser vendidos. Esto significa que los fabricantes no tienen que probar que son eficaces, ni seguros.