Hoy vamos a comentar qué es la drunkorexia, que te sonará más si te contamos que es cuando los pacientes dejan de comer para compensar las calorías ingeridas con las bebidas alcohólicas. Esta tendencia se está extendiendo entre los jóvenes entre 18 y 26 años. Este comportamiento se considera un trastorno de la conducta alimentaria.
Los expertos dicen que su origen podría estar en la cultura del cóctel que surgió en los años 90 en Nueva York. Una de las primeras referencias podría ser las protagonistas de ‘Sexo en Nueva York’, ya que aparecían más escenas de ellas bebiendo cócteles que comiendo.
Una lata de cerveza supone 110 calorías y una botella de vino son casi 560 calorías.
El hígado femenino sufre más por el alcohol, aunque ingiera menos cantidad que el hombre. Bebiendo la misma cantidad, la sangre de una mujer absorbe entre un 30 y un 50% más. Lo mismo ocurre con el corazón, porque con un 60% menos de alcohol puede sufrir la misma cardiopatía.
Es fundamental alertar y dar a conocer este trastorno de la conducta alimentaria a la población ya que es una enfermedad poco conocida, que se padece en silencio y es difícil de identificar por el entorno. Como la anorexia, bulimia o vigorexia (suele estar ligada a personas que la han padecido) es peligrosa a nivel nutricional, funcional y cognitivo, provocando situaciones de desnutrición severa y un incremento del daño hepático.
Muchos expertos consideran que esta patología es más grave que la anorexia, porque el consumo desmesurado de alcohol provoca un organismo casi desnutrido, con la ingesta de calorías a base de bebidas alcohólicas no se consumen los nutrientes esenciales.
Este trastorno es muy peligroso, sobre todo, si la persona padece diabetes u otra patología crónica. Los nutricionistas denominan el consumo de alcohol como la toma de «calorías vacías», porque aporta energía, pero no nutrientes. La drunkorexia produce desnutrición y déficit de vitaminas.
«La lesión en el hígado que pueden llegar a desarrollar este tipo de personas viene dada por la falta en la dieta de los protectores hepáticos como las proteínas y las vitaminas del grupo B. Asimismo, las pocas calorías de las bebidas y el poco azúcar que llevan quitan o calman el apetito, con lo que además se desnutren por no comer», explica Jesús Román Martínez, profesor de Nutrición de la escuela de Enfermería de la Universidad Complutense de Madrid.
Estas personas no dejan por completo de comer, porque suelen realizan dietas bajas en calorías, es decir, descartan las grasas o siguen dietas ovo-vegetarianas.
¿Qué efectos secundarios puede producir la drunkorexia?
El organismo puede vivir perfectamente sin alcohol, pero no sin estos nutrientes. Es aconsejable una dieta variada con alimentos de todos los grupos básicos.
Además, los drunkoréxicos no sólo están desnutridos sino que, además, tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades hepáticas crónicas y patologías cardiovasculares.
Un consumo excesivo de alcohol puede producir problemas digestivos, cáncer, depresión, hipertensión arterial, enfermedades del hígado, ansiedad, abortos, alcoholismo, etc.
Los síntomas de la drunkorexia
Los síntomas de este trastorno son: Hay una necesidad recurrente para divertirse y las personas que padecen drunkorexia van muy seguido al baño, sobre todo, después de comer y se dan largas duchas después de las comidas.
También la persona deja de consumir algunos alimentos como los dulces y se puede observar un consumo excesivo de bebidas alcohólicas. Los adolescentes con drunkorexia evitan cenar antes de salir de fiesta con sus amigos. Otro de los síntomas es la preocupación excesiva por el peso y el seguimiento de dietas muy estrictas.
El tratamiento de la drunkorexia
Es aconsejable que desde la adolescencia, los padres tengan una buena comunicación con sus hijos, para hablar sobre los efectos y el peligro del consumo de bebidas alcohólicas.
Muchos jóvenes consumen en forma de atracones de alcohol, que tienen como consecuencia comas etílicos. Según algunos estudios un 24% de los jóvenes hace un consumo de alcohol de riesgo.
Si los progenitores notan síntomas de drunkorexia en sus hijos deberán pedir ayuda a un psicólogo para tratar el trastorno y un nutricionista para restaurar el equilibrio nutricional perdido. Es muy importante el reconocimiento de la persona que padece este trastorno, para que el profesional pueda ayudarlo.
«La psicoterapia consiste en desarrollar mayores recursos y herramienta para que puedas manejarte de manera más eficiente ante aquello que te preocupa», explica el psicólogo Rafael Sánchez Barrero, especialista en trastornos alimentarios.
Una vez se ha identificado el trastorno, el psicólogo buscará la causa del trastorno y tratará de investigar sobre los factores que desencadenaron esa patología.
La nutricionista también jugará un papel fundamental, porque deberá establecer un adecuado plan nutricional. A través de la educación nutricional el paciente seguirá una dieta equilibrada que incluya alimentos de todo los grupos.