La muerte inesperada de un ser querido, motivo principal de la aparición del estrés postraumático

Todo el mundo, en algún momento de su vida, ha padecido algún problema de salud. Por muy jóvenes que seamos y mucha vitalidad de la que presumamos, está claro que el cuerpo en determinadas ocasiones dice “basta” o es atacado por algún tipo de bacteria. Debemos reconocer que esto es inherente a nuestra condición de seres humanos, seres que a fin de cuentas somos mortales y que no estamos exentos de padecer problemas que compliquen de alguna manera nuestra existencia. Reconocer este tipo de cosas es el primer paso muchas veces para prevenir cualquier enfermedad que nos pueda afectar. Y es realmente útil que nos metamos en ese papel.

Pero cuidado, que no todos los males que atacan o pueden atacar a nuestro cuerpo son de índole física. Los problemas de corte psicológico han estado siempre ahí, no lo podemos negar. Ahora hablamos mucho más de ellos porque la sociedad ha comprendido su importancia y porque necesitamos más que nunca una ayuda en lo que tiene que ver con este plano. Pero no cabe la menor duda de que todos y cada uno de nuestros antepasados han padecido problemas como la ansiedad o la depresión. Ellos y ellas no tuvieron acceso a un servicio para tratar de resolverlos, por eso ahora debemos valorar que nosotros y nosotras sí tengamos la oportunidad de disponer de servicios así.

Son muchos los problemas que tienen que ver con el factor psicológico. Hemos hablado en el párrafo anterior de la ansiedad o la depresión, que son dos de los grandes problemas en este sentido. Pero hay muchos más. El estrés es uno de los que viene ganando más terreno en la sociedad actual, una sociedad en la que la competitividad en el trabajo se ha multiplicado y en la que desconectar de nuestras actividades profesionales se ha convertido en una misión casi imposible. Tenemos el móvil y el ordenador siempre encima y es muy fácil que cualquier cosa que tengamos instalada en ellos nos recuerde lo que hemos dejado pendiente o los problemas que hemos tenido a lo largo de nuestra jornada laboral.

Sin embargo, nosotros estamos escribiendo este artículo para hablar de otro tipo de problema psicológico: el estrés postraumático. Hay momentos de la vida que son especialmente duros para el ser humano. La pérdida de un ser querido, sobre todo si es de manera inesperada, provoca un shock que es muy grande en la cabeza de una persona. Se trata de un asunto para el que se requiere de toda la ayuda que sea posible y que implica un trabajo que no solo se puede reducir a un par de días o una semana. Hay que ser muy cuidadosos cuando tenemos delante a una persona que ha sufrido o sufre estrés postraumático y que es extremadamente vulnerable.

El número de casos registrados de estrés postraumático se ha disparado en España durante los últimos años. Si atendemos a los datos que son compartidos por el portal web Statista, vemos cómo en el año 2011 ese número era apenas de 3.500. Año a año ha ido creciendo, experimentándose un cambio tremendo entre los años 2015 y 2016, cuando pasamos de 16.800 a más de 73.000. En él último año que aparece en ese estudio, que es el 2021, se superan los 84.000 casos. Como veis, el ascenso continúa produciéndose y es evidente que esto responde a dos factores: que la sociedad está más pendiente que nunca de este tipo de asuntos y que las personas, como en otros momentos de la Historia, seguimos siendo vulnerables ante los golpes que nos da la vida.

Pero cuidado con los datos. Si no se leen bien, pueden dar lugar a engaño. En el párrafo anterior, nos hemos referido al número de casos de estrés postraumático que están registrados, no a los que realmente existen en nuestro país, que son muchos más. Obviamente, no se registran todos los que son. Según una noticia que fue publicada en octubre de 2014 en el portal web Infosalus, el 8% de la población podría estar padeciendo estrés postraumático. Eso quiere decir que, en España, de los 47 millones de habitantes, 3’76 millones podrían estar padeciendo un asunto como del que estamos hablando. Se trata de una cifra muy importante y que demuestra la verdadera dimensión de este problema.

El estrés postraumático es una de esas armas silenciosas que nos van minando la moral y la vida con el paso del tiempo, sobre todo si no se le pone el remedio que debería ponerse. Se trata de una de las enfermedades mentales que más problemas pueden generar y, de acuerdo con los datos que nos han proporcionado desde el Centro Psicoterapéutico Sur, en el que se ofrece apoyo psicológico a personas con este problema, buena parte de estos casos de estrés postraumático se producen después de la muerte de un ser querido de manera inesperada, sobre todo en accidentes de tráfico o por culpa de un ictus.

Si nos ponemos en lugar de las personas que se enfrentan a una situación como la que hemos descrito y que deben superar la traumática muerte de un ser querido que no estaba en edad de fallecer, sabremos de buena mano que tienen razones más que de sobra para sufrir estrés postraumático. Teniendo en cuenta que todos los días se producen muertes inesperadas en España, no nos parece extraño que haya tanta gente que pase por un problema psicológico como del que estamos hablando a lo largo de todos estos párrafos. Lo que debe hacer la sociedad es poner todos los medios que estén en su mano para ponerle coto a este problema y proporcionar las soluciones idóneas para este tema.

Además, estamos hablando de un problema que puede padecer cualquiera. Todos y todas sentimos el amor más profundo por nuestros seres queridos. ¿Y qué pasaría si alguno de ellos muriera? Que lo pasaríamos realmente mal desde el plano psicológico. Y esto afecta por igual a personas ancianas, a gente de mediana edad e incluso a niños o niñas pequeñas, que lógicamente son personas que están menos preparadas para superar una situación como la muerte de un familiar cercano por una simple cuestión de edad. Las personas que proporcionan ayuda en este sentido deben estar preparadas para prepararla a gente de diferentes edades y condiciones.

Es necesario que, en ese momento, tengamos la seguridad de que van a existir personas que nos van a ayudar y que nos van a proporcionar algunas claves para salir adelante, que es lo que siempre debemos hacer. La verdad es que no es un asunto sencillo en esas circunstancias ni mucho menos, pero hay maneras de solucionarlo y de seguir viviendo. Puede haber momentos en la vida en los que nos caigamos, pero levantarse después de las caídas es algo que siempre va a estar en nuestra mano y que debemos afrontar. Afortunadamente, y como ya hemos comentado anteriormente, la sociedad hoy en día sí cuenta con personas que van a echar una mano en este sentido, algo que no existía hasta hace poco y a lo que, por tanto, no se tenía acceso.

Visibilizar estos problemas es clave 

En una sociedad en la que todo lo que no se muestra no existe, es importante que tengamos claro que hay que hablar de un problema como el estrés postraumático para que todo el mundo sepa que existe y que es algo que podríamos considerar habitual en los tiempos que corren. Nadie deja de ser una persona normal por el simple hecho de padecerlo y nadie debe estar exento de toda la ayuda que se preste al respecto. Si conseguimos que este mensaje cale todavía más en la sociedad, tendremos mucho terreno ganado para que nadie se quede al margen. Esto lo estamos haciendo bien en los últimos años y por eso está creciendo de manera exponencial el número de casos registrados, pero no hay que fiarse en absoluto.

Lo que hemos indicado en relación al estrés postraumático también podría ser de utilidad en lo que tiene que ver con otras enfermedades psicológicas como lo son la ansiedad, la depresión o el estrés, que también son bastante habituales en los tiempos que corren y que también generan una gran cantidad de problemas a personas de todo tipo. Estar en guardia en todo lo que tiene que ver con las enfermedades psicológicas es básico para mejorar el bienestar de la gente y evitar esos bajones que nos pueda dar la vida.

Todo el mundo tiene momentos en la vida en los cuales lo pasa mal, eso es inevitable. Pero lo que no debería ser de recibo es que no tenga acceso a un profesional que pueda tratar de hacer que mentalmente salga del atolladero. Eso es clave y es lo que permite que haya una opción para ser felices y para hacer de la vida algo mucho mejor, que es a fin de cuentas el objetivo que todo el mundo tiene de manera permanente en la cabeza.