Sedación consciente: adiós a tener miedo a ir al dentista

Odontofobia. Es la palabra clave de este artículo. Muchos seguro que sabéis de lo que estoy hablando. ¿Verdad? Otros, y os digo que tenéis mucha suerte, no tenéis ni idea. Pues se trata del miedo o fobia a ir al dentista. Un trauma que persigue a muchos desde que éramos niños o que incluso se llega a tener después de unos años.

¿De dónde? ¿Por qué unos lo tienen y otros no? Pues como suele pasar en todas las fobias, esto es algo que puede tener diversas causas y proceder de diferentes factores. Vamos a hacer un análisis previo, antes de entrar de lleno en la solución para ello.

Muchas veces estas fobias o traumas proceden de experiencias negativas que hemos tenido anteriormente. Son muchas las personas que comienzan a tener este miedo al dentista debido a que han vivido experiencias traumáticas o dolorosas en el pasado. A todos se nos viene a la memoria, un tratamiento dental doloroso, una mala atención por parte del profesional o un ambiente que no era el adecuado. Es la más presente entre los pacientes, aunque como vas a ver no es la única.

También podemos tener directamente el miedo al dolor. En este caso es una de las razones más comunes por las que las personas pueden tener pavor a acudir al dentista. De esas veces que sientes que abrir la puerta de la consulta es como que te mandaran al infierno. La percepción que tenemos cuando nos sentamos en el sillón del dentista de que lo que nos van a hacer puede ser doloroso puede generar ansiedad y miedo. Este tipo de fobia también ocurre cuando acudes, por ejemplo, a un tatuador.

En otras ocasiones también ocurre que tenemos miedo a lo desconocido. Esto llega por la falta de información sobre los procedimientos dentales. Por no saber lo que va a suceder durante la visita al dentista o el temor a perder el control de la situación. Todo esto nos genera mucho temor.

Otras personas, ya sea por la situación que sea, tienen una mayor sensibilidad dental. Esto puede hacer que los tratamientos dentales sean más incómodos o dolorosos para ellos.

Y ojo, porque el miedo al dentista también puede estar relacionado con factores psicológicos y emocionales. Nos puede pillar en un mal momento de nuestra vida y se genera una ansiedad generalizada. También podemos tener el trastorno de ansiedad o la fobia a los procedimientos médicos o invasivos en general.

Sea como sea, es importante identificar la causa del miedo al dentista y abordarlo de manera adecuada para poder superarlo y recibir la atención dental necesaria, así podemos tener una salud buena.

En este caso, es vital el poder comunicarse abiertamente con el dentista sobre los temores y preocupaciones puede ayudar a reducir la ansiedad y a favorecer una experiencia más positiva en la consulta dental. Además, en algunos casos, puede ser útil recurrir a técnicas de relajación, sedación o terapia psicológica para gestionar el miedo al dentista.

El momento de la verdad

Y es aquí donde queríamos llegar. La sedación consciente es una técnica comprobada que alivia la ansiedad dental y asegura una experiencia cómoda durante la ejecución de un tratamiento dental. Con este fin, y pese a que existen otras técnicas de sedación consciente igual de eficaces, en la clínica Maroto Vellón emplean dos métodos de sedación para ayudar a sus pacientes a sentirse lo más a gusto posible.

Y nos cuentan en qué consiste. Lo primero que nos dicen es que en ningún momento se trata de una anestesia general. El paciente no pierde el conocimiento y es consciente en todo momento de lo que ocurre a su alrededor, que eso es algo que se agradece.

La sedación consciente inhalatoria es una de las formas más leves de sedación e implica el uso de óxido nitroso, lo que todos conocemos como gas de la risa, para relajar al paciente. Este respira el gas a través de una máscara que se coloca sobre su cara.

Por su parte, la sedación consciente intravenosa implica la administración de medicamentos al torrente sanguíneo a través de una vía intravenosa. La medicación hace efecto rápidamente, lo que permite al paciente relajarse en pocos minutos.

Y la verdad es que gracias a estos dos tratamientos, todo es más fácil y son muchos los pacientes que, pese a tener odontofobia, pueden sentarse en el sillón del dentista sin problemas. Pasan a tener confianza y la comodidad para someterse a los tratamientos dentales.